jueves, 12 de enero de 2012

(Atrio)

Pues la verdad, no sé como empezar.
Me gustaría publicar de vez en cuando algo que interesara a algunas personas pues ya sabemos que no todas las personas pensamos de la misma manera. Pero con educación y buena voluntad podemos entendernos o al menos tratar de entender.
Vivo en un pueblo al que amo como si fuera el mío. Soy feliz aquí con mi marido y con mis hijos "aunque hablando de hijos" tengo que decir que todos los tengo desperdigados por la geografia española, menos una que a sido más atrevida y a cruzado el charco. Pero la vida de ahora obliga a hacer cosas que normalmente o sea en circunstancias normales no hariamos. Pero ya sabemos todos como esta España para el que quiere trabajar y no toca otro remedio que emigrar a otras naciones más afortunadas que la nuestra en esos momentos. Esperemos, que no tarde mucho en arreglarse esta situación pues es mucha la juventud que tenemos bien preparada para trabajar y no encuentra donde.
De momento, más o menos ya me he presentado, sólo falta mi nombre "que por cierto es muy español"
Me llamo Carmen y saludo a todo el que entre en (Atrio)

1 comentario:

  1. Un Profesor reunió a un grupo de amigos y les ofreció café.
    Trajo en una bandeja la cafetera y una colección de tazas en numero superior al grupo. Las tazas eran de porcelana, unas bellamente decoradas y otras no.
    Les dijo que cada uno cogiera una taza y se sirviera el café
    Observó que las primeras tazas escogidas fueron las decoradas, y todas las que quedaron eran las no decoradas.
    Entonces les dijo; Habrán observado que las primeras tazas escogidas han sido las decoradas.
    Sin embargo, lo importante es el café. Las tazas no mejoran la calidad del café. Pero ustedes se han dejado llevar por la apariencia de la taza.
    Esto pasa con frecuencia en la vida. Elegimos las cosas por el envase, por la apariencia. Sin embargo, lo importante es el contenido.
    Es posible que valoremos a las personas por su imagen más que por sus ideas. Y hacemos lo que nos gusta o nos conviene y no lo mejor en orden a la vida eterna. Jorge Loring, SJ

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